Un aspecto importante tanto en auditoría como en consultoría, es mantener la objetividad cuando desempeñan sus trabajos. El auditor interno debe tener una actitud mental imparcial y neutral, y evitar situaciones de conflicto de intereses, dado que perjudicarían su capacidad de cumplir sus obligaciones objetivamente. Esta conducta no es difícil de llevar a cabo en tanto haya una información apropiada a las partes interesadas y se sigan algunas prácticas clave.
Otro aspecto importante es la independencia en la auditoría, en ocasiones no es muy claro ni conocido por los gerentes y miembros del comité de auditoría y en ese sentido, requieren de amplia comunicación por parte de los auditores, más cuando se presentan servicios de asesoramiento. El auditor debe gozar de absoluta independencia para poder opinar y conceptuar sin el riesgo de que su concepto u opinión resulte viciada de algún modo.
Frente a lo expuesto, es necesario establecer algunas prácticas, para mantener la objetividad e independencia en los trabajos, como son:
Mantener informado al comité de auditoría: Es recomendable incluir una breve descripción de los servicios de consultoría en el plan anual de auditoría. Algunos comités de auditoría, especialmente aquellos de industrias altamente reguladas, querrán preservar su objetividad sobre estos compromisos. Algunas empresas llevan a cabo una sesión anual de profundización con los miembros del comité de auditoría centrados en la independencia y otros aspectos de los servicios de consultoría.
Capacitar a los miembros del equipo de auditoría en temas de independencia y objetividad: Ello les ayudará a entender claramente cómo ciertas actuaciones en el trabajo pueden poner la objetividad en riesgo y cómo debe mitigarse ese riesgo. Para ello pueden establecer talleres y presentar escenarios hipotéticos y casos de ejemplo como guía para identificar riesgos, así como el uso de listas de actividades inaceptables. Los líderes de auditoría también deben enfatizar en instruir a sus equipos sobre cómo responder si sienten que su objetividad está en riesgo.
Anticiparse a los posibles problemas de independencia: Determinar si un posible compromiso de consultoría es adecuado para la auditoría implica tener en cuenta dos preguntas: ¿Se ajusta el trabajo a la experiencia y conjunto de habilidades de la firma?, ¿Existen posibles riesgos de independencia?
Antes de asumir un compromiso, es necesario buscar cualquier motivo que ponga en riesgo la independencia, para asegurarse que no haya problemas. Los líderes de las firmas de auditoría deben evaluar la conveniencia de adelantar o no un compromiso de consultoría que pueda amenazar la objetividad.
Aclarar con el cliente el tema de objetividad: Es importante que antes de asumir un compromiso de consultoría, los responsables en la firma comuniquen claramente al cliente la necesidad de mantener la objetividad, aclarando lo que se puede y que no se puede hacer, lo que dará tanto a los clientes y al equipo de trabajo más comodidad.
Asimismo, la auditoría también debe saber por adelantado sobre sus obligaciones de presentación de informes si el equipo encuentra posibles fraudes o problemas significativos.
Prepararse para las solicitudes del cliente: Algunos clientes solicitan demasiado, por lo que hay que saber responder a las peticiones que no corresponden con el trabajo contratado y poder restablecer las expectativas cuando el cliente espere ciertos resultados.
Una adecuada retroalimentación: Si bien el cliente debe asumir la propiedad de las nuevas políticas o procesos que se desarrollen durante un compromiso de consultoría, el desarrollo de estas políticas o procesos normalmente incluye algún trabajo de retroalimentación. Por ejemplo, una compañía puede redactar una nueva política tras una consulta con los auditores y luego compartir el proyecto de política con el mismo equipo de auditoría para su revisión, lo que permitirá al equipo de auditoría hacer sugerencias sobre cómo se puede mejorar el proyecto.
Asignación de personal: En algunos casos, es necesario garantizar que los auditores que realizaron trabajos de consultoría para un área de negocio específica no participen en auditorías de esa área de trabajo durante algún tiempo, por ejemplo 12 meses. Aunque es poco frecuente, el trabajo de consultoría ocasionalmente puede identificar un problema que requiere una auditoría formal.
El poner en práctica las anteriores recomendaciones, pueden ayudar en conjunto a minimizar los riesgos sobre la independencia y objetividad, que tienen las actividades de consultoría y auditoría para una firma.
Fuente: Auditool e IaiPerú.