Antes de aceptar un compromiso, el auditor o firma deberán analizar y juzgar la competencia y la integridad del cliente. A nadie le gustaría iniciar un negocio con alguien en quien no confía, un auditor no deseará aceptar un compromiso con una empresa cuya ética parezca un poco inestable. Si un cliente carece de integridad, el trabajo es tan complicado que llega a ser irrealizable.
Existen indicadores o banderas rojas que un auditor debe tener presente al evaluar la integridad de una empresa:
- Volumen inusual de negocios: El alto volumen de negocios, especialmente en funcionarios con posiciones clave (usualmente financieras) en la organización, puede indicar desacuerdos en la práctica empresarial que pueden ser de naturaleza ética. Preguntar a los miembros de la gerencia cuánto tiempo han estado empleados por la empresa y examinar los informes de nómina son dos maneras de encontrar datos acerca de los empleados.
- Reputación: Es de suma importancia indagar si el cliente potencial tiene buena o mala reputación en la comunidad. Una vez vinculado con la empresa, puede materializarse el riesgo de contagio.
- Demandas: Indagar sobre eventuales demandas de la empresa o de los propietarios del negocio. Hablar con las partes de las demandas puede conducir a obtener grandes cantidades de información privilegiada que pueden orientar la decisión de aceptar o no un cliente.
- Actitud: Evaluar si los directivos del cliente tienen una actitud razonable hacia ser auditado, o parecen demasiado prevenidos. La mayoría de las empresas sin nada que ocultar, tienen una actitud muy casual hacia una auditoría, aunque no la consideren necesaria. Se puede analizar si la administración tiene una mala actitud hacia el pago de impuestos, ya que, es posible que haya subestimado los ingresos para reducir la carga fiscal de la empresa.
- Compensación: Es necesario saber si los miembros de la alta dirección reciben una compensación adecuada, ya que la falta de ingresos puede indicar una compensación encubierta en forma de préstamos inapropiados de la empresa o desvíos de recibos en efectivo. Es decir, si el nivel de vida de los miembros de la alta dirección no es consecuente con sus ingresos, es una señal de alerta.
Un tema que está ligado a la integridad y que necesario evaluar, es el de la competencia. Si la dirección de la empresa no parece competente para dirigirla apropiadamente es necesario considerar hasta donde es conveniente aceptar ese compromiso.
En el caso que la gestión sea extremadamente inexperta en la industria o negocio del cliente, por ejemplo, hay que preguntarse acerca de las perspectivas de futuro de la empresa. Esto es, la continuidad o negocio en marcha, que debe evaluarse como parte de cada auditoría.
Si la empresa no cuenta con un área financiera y contable bien preparada e informada que supervise la preparación de los estados financieros, lo más probable es que estos reportes no reflejen los principios contables adecuados. Esta situación hace que el trabajo de auditoría sea más difícil y, en última instancia, puede causar que haya que dejar el trabajo antes de terminar la auditoría.
De darse el caso que la información, los datos financieros y contables de un cliente parecen confiables y el auditor o firma puede proporcionar una auditoría imparcial, igual hay que asegurarse de poder realizar todas las tareas que el cliente necesita. Hay que determinar qué tipos de servicios y alcance deben incluirse en el contrato. Por lo tanto, los siguientes pasos en la preparación para una auditoría son averiguar los detalles del trabajo, determinar qué procedimientos son necesarios e identificar los estándares de auditoría que se aplican.
Durante la entrevista inicial se puede determinar lo que el cliente necesita, para ello debemos conocer los objetivos de la empresa, sus expectativas de auditoría y el propósito específico para la auditoría. Al mismo tiempo que se realiza la entrevista al cliente, se podrá informa sobre la naturaleza de los servicios que el auditor o firma proporciona, ya que aquellas empresas que antes no estaban auditadas suelen desconocer los servicios que un auditor puede proporcionar.
Luego de hablar con el cliente, es posible advertir que la compañía realmente no necesita una auditoría completa de estados financieros, sino que necesite únicamente procedimientos específicos acordado, sobre temas específicos. Por ejemplo, la valoración del inventario físico final.
Fuente: Auditool
Fecha: 06/01/2021