Muchas empresas han sufrido desde el 2020 (inicio de la pandemia) fuertes pérdidas, otras han puesto incluso en riesgo la continuidad del negocio, otras se han visto en la quiebra, sin embargo, también han existido empresas que han tenido mayores oportunidades, ya que han podido gestionar el riesgo, lo que les ha permitido dar respuestas ágiles y soluciones innovadoras frente a las amenazas que atentaron los objetivos del negocio. Quienes gestionan eficientemente sus riesgos, presentan mayores oportunidades de contribuir y subsistir en un mercado cada vez más exigente y oscilante como el peruano.
Algo importante a considerar es el nivel de madurez de una organización; desde una perspectiva global, la participación más significativa de las empresas peruanas apunta a ser Mype y Pyme, y por qué no mencionar también los negocios no formales, los cuales se incrementaron durante este último año.
El presidente del Gremio de la Pequeña Empresa de la Cámara de Comercio de Lima, Jorge Ochoa, indicó que: “Si quiebran las Mypes, quiebra el Perú”. Por lo que el estado además de brindar programas como Reactiva Perú y el FAE Mype, los cuales debido a algunas limitación en el acceso directo, no se logró llegar o calificar a todos, por lo que sería importante ofrecer mayores alternativas, eliminando las barreras que impiden el acceso a beneficios o apoyos.
Un tridente denominado: Gobierno – Gestión de Riesgos – Control
El Marco Internacional para la Práctica Profesional de la Auditoría Interna (en adelante, el Marco) en su apartado relacionado al desempeño, establece muy claramente lo siguiente: “La actividad de Auditoría Interna debe evaluar y contribuir a la mejora de los procesos de gobierno, gestión de riesgos y control, utilizando un enfoque sistemático disciplinado basado en riesgos. La credibilidad y el valor añadido de Auditoría Interna mejoran cuando los auditores internos son proactivos y sus evaluaciones ofrecen nuevas perspectivas y consideran impactos futuros”.
Si se analiza el texto con la realidad que enfrentan las empresas peruanas, podemos identificar necesidades (oportunidades) aún no atendidas, ya que a pesar que algunas organizaciones se mantengan presente en el mercado, pero que no cuentan con un adecuado trabajo de auditoría, difícilmente lograrán tener el impulso requerido para dar el siguiente paso hacia su crecimiento, expansión y/o sostenibilidad, o peor aún, pudiendo encontrarse amenazada la continuidad de sus negocios por factores no previstos, dependiendo únicamente de las perspectivas propias de los líderes que toman las decisiones organizacionales.
Pero ¿Qué oportunidades ofrece la implementación de estos tres marcos? éstas prácticas no deben limitarse únicamente a algunas pocas entidades por el mero propósito del cumplimiento ante entes reguladores, sino por los beneficios sustanciales que contribuyen a rescatar y reafirmar el propio valor de las organizaciones, marcas y portafolio de productos. Si nos detenemos a reflexionar en ello, toda empresa cuenta con dueños de procesos que saben cómo afrontar y resolver los problemas cotidianos en las áreas comerciales, operaciones, finanzas, recursos humanos entre tantas; si a ese modelo de negocio le agregamos la perspectiva del “tridente”, no solo esclarecemos una hoja de ruta para el logro de objetivos, sino también desarrollamos una cultura e identidad propia, que junto al seguimiento adecuado, permitiría alcanzar el siguiente nivel de madurez, fortaleciendo así su valor en el mercado.
La contribución de la Auditoría Interna a la creación de valor:
Según lo establecido en el Marco, la práctica de Auditoría Interna se encuentra orientada a:
- Evaluar y hacer las recomendaciones apropiadas para mejorar los procesos de Gobierno en la organización,
- Evaluar la eficacia y contribuir a la mejora de los procesos de Gestión de Riesgos, y,
- Asistir a la organización en el mantenimiento de Controles efectivos, promoviendo la mejora continua.
Recordemos también, que la práctica de Auditoría Interna puede desempeñarse desde el rol de aseguramiento como asesoramiento, en los procesos estratégicos, operativos y de soporte en una organización a través de una metodología que “enganche” con toda estrategia empresarial. Desde la perspectiva de los controles, por ejemplo, los auditores internos estamos calificados para evaluar su diseño y efectividad, proponiendo mejoras interrelacionadas con los aspectos de riesgos y gobierno a través de los siguientes frentes:
- Logro de objetivos estratégicos de la organización,
- Fiabilidad e integridad de la información financiera y operativa,
- Eficacia y eficiencia de las operaciones y programas,
- Protección de activos, y,
- Cumplimiento de leyes regulaciones, políticas, procedimientos y contratos.
Dennis Ponce Saldaña, Consultor especializado en Auditoría Interna, Control Interno y Gestión de Riesgos
Fuente: Limaindigo