Todas las empresas, sin importar su tamaño, cantidad de empleados o industria a la que pertenezcan, están expuestas a sufrir diversos riesgos que pueden comprometer su funcionamiento, reputación e incluso, la continuidad de su negocio.
Frente a ello es importante contar con una matriz de riesgos, ya que les permite a las empresas valorar y controlar las situaciones de riesgo identificadas que pueden presentarse. Esta matriz de riesgos les permitirá visualizarlos, cuantificarlos y controlarlos, transferirlos o mitigarlos y que sirva para la toma de decisiones.
A continuación, te contamos qué debes tener en cuenta para hacerla, pero antes de ello debes saber:
¿Qué es una matriz de riesgos?
La matriz de riesgos es una herramienta muy útil que sirve para gestionar y controlar los riesgos (amenazas y vulnerabilidades) que pueden presentarse en la operación, en la implementación de servicios, en seguridad o en cualquier otro proceso de la empresa. La matriz de riesgos ayuda a los directivos y al personal encargado a tomar decisiones más rápido sobre cómo actuar para hacerle frente a los riesgos que tienen mayor probabilidad de ocurrir y de impactar en la operación.
Pasos para elaborar una matriz de riesgos:
Primero deberás definir un marco de referencia o metodología para la gestión de riesgos, por ejemplo, la norma ISO 31000 o el marco COSO, luego podrás identificar los riesgos de tu empresa, para ello deberás tener presente los siguientes pasos para hacer e implementar tu matriz de riesgos:
- Prioriza los riesgos identificados: Existen diversos riesgos a los que puede estar expuesta la empresa, como por ejemplo: Catástrofes naturales, interrupción en el suministro de materias primas, fuga de datos tecnológicos, ciberataques, daños en equipos o infraestructura, incumplimiento del marco legal, multas y sanciones, actividades delictivas contra la empresa, falta de seguros frente a posibles daños, alta rotación de talento humano, accidentes laborales, crisis económicas, sociales o de salud (como el Covid-19).
Una vez identificados los riesgos, deberás priorizarlos en base a tu industria, tu entorno y tus procesos.
- Evalúa tanto la frecuencia o probabilidad de ocurrencia de cada uno de los riesgos, así como el impacto o las consecuencias: Para hacerlo considera estas clasificaciones:
Para poder entenderlo mejor, te brindamos un ejemplo: Una empresa que se dedica a la fabricación y comercialización de sillas, escritorios y mesas para oficinas y espacios sociales, identifica entre sus principales riesgos el daño de uno o varios de sus equipos para el corte de madera y otros materiales. A este riesgo le da una clasificación de probable en la frecuencia (4) y de catastrófico en el impacto (5) ya que de existir daño, debido al uso excesivo del equipo, una manipulación incorrecta, un corte repentino de luz o cualquier otra causa, el personal dejará de trabajar hasta que haya una solución, generando retrasos en todo el proceso de la fabricación y ensamblaje del mobiliario, y si existe demora en arreglar el daño, puede causar impactos en la entrega y comercialización de los productos.
Así como con este riesgo, que es inherente (tiene una frecuencia y un impacto), esta misma empresa puede tener otros riesgos: accidentes laborales, fallas en el suministro de servicios públicos, ataques a sus sistemas informáticos, etc. y a todos debe definirles una frecuencia y un impacto, la clave está en incluirlos en la matriz y valorarlos correctamente para saber cuáles son los más críticos para la operación y continuidad y que en el caso de ocurrir, se puedan implementar controles que ayuden a mitigarlo. Cuando a un riesgo inherente se le aplican controles, ya es considerado como un riesgo residual.
- Representación gráfica Una vez valorados todos los riesgos, lo mejor es representarlo en un mapa, utilizando los colores verde, amarillo, naranja y rojo, lo que te permitirá tener una mejor visualización y claridad de cuáles son los riesgos más críticos para tu empresa, para así poder gestionarlos y llevar a cabo acciones para prevenirlos o mitigarlos. A continuación te presentamos una gráfica para que puedas elaborarlo de acuerdo a tus riesgos:
Recomendaciones para gestionar tu matriz de riesgos
El uso de colores en la matriz de riesgos te ayuda a entender el tipo de riesgo al que puede enfrentarse tu empresa y a tomar decisiones para contrarrestar su impacto:
Casillas verdes, Son riesgos que no indican alarma, sin embargo, es importante hacerles de manera periódica un monitoreo y analizarlas para comprobar que todo sigue en orden.
Casillas amarillas y naranjas, hay que préstales atención para evitar futuras sorpresas en la operación.
Casillas rojas, impleméntales controles y planes de acción que te ayuden a mitigar su probabilidad de materialización o, en caso de darse, su impacto.
Recuerda que gestionar de manera adecuada y consciente los riesgos de tu empresa, te ayuda a garantizar el cumplimiento de la normativa y a asegurar la continuidad y sostenibilidad de tu negocio.
Fuente: Piranirisk